Usted necesita dormir ocho horas (texto)*
Como
si fuera tan fácil explicarle, doctor, esta puntada en el pecho. Es como si el
alma se congelara, de a poco, y uno tiene que tirarse por la ventana aunque
haga frío y no haya nadie ahí afuera. Solo el apacible mar, inquieto, con sus
barcos y la espuma, solo el muelle adornado de pescadores forman la pintura que
me acompaña cada vez que me quedo a oscuras delante de la ventana.
Hablar
con la gente y encontrarme, doctor, otra vez con esta puntada en el pecho. Otra
vez pensando en lo mismo, en la misma cama y en la misma habitación. A lo mejor
es hora de saltar y soltar amarras, doctor, perder el miedo estúpido y hacerse
liviano y dejarse flotar. Tal vez, atravesar la ventana a la noche de una vez
por todas y tener una vida de vampiro sin colmillos. Tener un rito de paisaje
oscuro y cara blanca y pensativa. Sobrevolar el campo y volver a la misma cama
antes de que salga el sol.
Los
días seguirán siendo los mismos, doctor, algún pescador joven con su perro
estará sentado allí afuera en la inmensidad del campo, formando parte de este
paisaje congelado e inmóvil. Y por las noches seré el fantasma, la cara pálida
que se adueñe, por fin, de su tierra. Pero usted, doctor, no comprendería a qué
me refiero, si lo único que puede decirme es que necesito dormir ocho horas.
*Este texto pertenece a un proyecto
realizado junto a Manuel Depetris, pintor, historietista e ilustrador de
Rosario. Forma parte del libro ¿Qué clase de casa es ésta? de Manuel Depetris, que
se publicará en los próximos meses.
Me encantó ! :)
ResponderEliminarGracias!!! :)
Eliminarexcelente relato
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge!
Eliminar