Último día


Temprano se despertaba de un sueño poco dormido. Había sido extraño encontrarse entre las sábanas con todo lo que se había movido durante la noche. Tierra fecunda y habitada se había vuelto su cuerpo.
Estoy compartida, soy hueco oscuro e iluminado. Todas las posibilidades de ser entran en mí. Pulso que marca la vida que llevo y se vuelve pesada, de a poco, la siento.
Desde hacía unos meses no encontraba posición para dormir, el peso de la panza colgaba y empujaba si se ponía de costado. Las piernas hormigueaban y molestaba la cintura si se acostaba boca arriba.
Quiero anidarte en calma, moldearte de a uno todos los gestos. Vuelta caparazón soy abrigo del frío. Vuelta universo abisal, soy sol, soy mar.
 Pero esa noche se había recostado a leer, entre un montón de almohadas, casi sentada y el sueño le ganó al desvelo. Durmió toda la noche, sola, como si ese adjetivo ya no fuera casi imposible.
Alguien pronuncia mi nombre a gritos, pero ese nombre ya no es mío. ¿Quién anuncia tu llegada en esta noche de silencio? Podría llamarte hijo o deseo.
Afuera, la helada maduraba las naranjas en el campo más abierto del norte santafesino. A esa hora todavía oscura, el día despertaba y traía una certeza. Ella, como la tierra, daría su fruto maduro por la helada. Sabía que la noche dormida de un tirón tenía sabor a último descanso.
Un recuerdo de tibias sonrisas me acompañan desde que este tiempo duerme adentro mío y sostiene este pulso que late de a dos. Me falta el aire, lo recupero, junto fuerzas, te sigo esperando.
Después vendrían las noches en vela, porque ella, otra vez como la tierra, seguiría siendo alimento y sus brazos sostén y su sangre, ahora duplicada, seguiría hablándole desde lo ancestral de sus raíces para contarle cómo.
Cambiaba la luna, se movía el último engranaje. Los árboles ya habían perdido todas sus hojas, su cuerpo eran dos.
Abarcarte con una mirada, absorberte en una bocanada de aire vuelta suspiro. Sé que volarás, pájaro, aunque no sea jaula este cuerpo que te sostiene.
Terminó el sueño cuando levantaba la naranja redonda y jugosa y la mordía. El sol ya clareaba la habitación. Miró al costado, el niño dormía en la cuna, suave, despacio.

Comentarios

  1. Muy lindo realmente. ¿Es absorte o absorberte?

    Me pareció excelente el dar a entender todo con la línea "Durmió toda la noche, sola, como si ese adjetivo ya no fuera casi imposible".

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    Respuestas
    1. Gracias Martín, es absorberte, error de tipeo, gracias por la corrección ;)
      Abrazo!

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