Para cantar “El árbol que tú olvidaste”

Lo único que pude hacer

fue cerrar los ojos y llorar,

porque imaginé el árbol solo y olvidado.

Y las cejas fruncidas

y la frente arrugada de la cantora,

y el árbol que tú olvidaste que cantaba la cantora.

Y repetía con la voz casi quebrada.

Apreté los ojos y me picaron,

después solté la lágrima,

porque el árbol que tú olvidaste no puede olvidarse de ti.

Inventé un pedazo de la letra, la canté diferente.

Y parece que él, el árbol,

y yo

nos preguntamos si sí,

si serás feliz

o no.

Y ahora qué vamos a hacer,

la cantora y yo,

con esta angustia
que no levanta la mirada del piso

y yo que no termino la lágrima,

porque el árbol sabe 
que quien se aleja junta quejas

y yo me pregunto, por qué no te quedaste aquí.

Y también, como la cantora,

quisiera decirle al árbol, que lo mismo me pasó a mí,

pero ay!

Arbolito de mi tierra,

yo no quiero que me lo digan,

pero lo tengo que oír,

que quien se aleja junta quejas, en vez de quedarse aquí.